martes, 9 de junio de 2009

Los biocombustibles frente a la electricidad a partir de biomasa

Una serie de hallazgos demuestran que transformar la biomasa en electricidad es más beneficial que transformarla en combustibles para el transporte.


Un estudio publicado hoy en Science concluye que, de media, la utilización de biomasa para producir electricidad resulta un 80 por ciento más eficiente que transformar dicha biomasa en biocombustible. Además, si se optase por generar electricidad se lograría el doble de efectividad a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos resultados sugieren que realizar inversiones para crear infraestructuras de etanol, incluso si están basadas en procesos de celulosa más eficientes, puede que sea un error. El estudio fue realizado tras una colaboración entre investigadores de la Universidad de Stanford, el Instituto de Ciencia Carnegie, y la Universidad de California, Merced.


Según el estudio, también existe el potencial de capturar y almacenar las emisiones de dióxido de carbono de las plantas generadoras de energía que utilizan pasto varilla (Panicum virgatum), serrín y otros materiales de biomasa como combustible—una opción que no existe a la hora de quemar el etanol. La biomasa, aunque emite CO2 al quemarse, en general produce menos dióxido de carbono que los combustibles fósiles puesto que las plantas que se cultivan para reponer las existencias se supone que reabsorben esas emisiones. Si se capturan esas emisiones de combustión y se secuestran bajo tierra, se lograría “una fuente de energía con emisiones negativas de carbono que elimina CO2 de la atmósfera,” según el estudio.


Los investigadores basaron sus hallazgos en una serie de casos prácticos desarrollados bajo el Meta-Modelo de Análisis de Biocombustible (EBAMM, en inglés) creado en la Universidad de California, Berkeley. El análisis cubrió una serie de recolectas de cosechas, incluyendo maíz y pasto varilla, y una serie de distintas tecnologías de conversión de energía. Los datos que se obtuvieron se aplicaron a unas versiones de unos motores eléctricos y de combustión de cuatro tipos de vehículos—un coche pequeño, uno de tamaño medio, un SUV pequeño y un SUV grande—y su eficacia operativa durante la conducción en la ciudad y en la autopista.


El estudio tuvo en cuenta la cantidad de energía requerida para convertir la biomasa en etanol y electricidad, así como la intensidad de la energía a la hora de manufacturar y utilizar cada uno de los distintos vehículos. En la mayoría de los casos, la bioelectricidad tuvo un rendimiento notablemente superior al etanol, aunque con ambas fuentes de energía se logró alcanzar una distancia similar cuando los vehículos eléctricos—especialmente el coche pequeño y el SUV grande—no estaban diseñados para una conducción por autopista eficiente.


El potencial es aún incluso mayor para la bioelectricidad puesto que bajo el modelo del EBAMM, “no tuvimos en cuenta el calor como un subproducto utilizable, lo que haría que la opción de la electricidad fuera aún más ventajosa,” afirma Elliott Campbell, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Investigación de Sierra Nevada, que forma parte de la Universidad de California, Merced.


Mark Jacobson, profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Stanford, llevó a cabo un estudio similar pero de mayor amplitud. Fue publicado en diciembre y se centraba más en los efectos ambientales de las dos opciones de energía. No apoya el uso de biomasa ni de etanol para la generación de electricidad, aunque afirma que no le sorprende que el etanol tuviese un mejor rendimiento.


Quemar la biomasa, afirma Jacobson, “no es necesariamente una forma eficiente de generar electricidad, pero es más eficiente que fabricar biocombustible.” Todo esto tiene sentido, y añade que “los vehículos eléctricos son de cuatro a cinco veces más eficientes que los vehículos de combustión.”


Sin embargo, Vincent Chornet, presidente de la compañía productora de etanol celuloso Enerkem, con sede en Montreal, afirma que tratar de elegir a un ganador sería un error: hay espacio suficiente para las dos opciones. Según él, en aquellos lugares donde la infraestructura disponible no sea capaz de sustentar las cargas a nivel masivo de coches eléctricos, la única opción alternativa es la nueva generación de biocombustibles. Al añadir la opción de los biocombustibles, también se ofrece una solución para el transporte aéreo y de cargas pesadas que la electricidad y el estado actual de las baterías no son capaces de cubrir.

1 comentario:

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