viernes, 12 de noviembre de 2010

Las empresas se vuelven totalmente inalámbricas

Los servicios móviles de banda ancha son cada vez más competitivos frente a los enlaces de datos fijos—lo que significa que las empresas deberían ser capaces de reducir sus conexiones mediante cables.

Durante la primera ola de la revolución inalámbrica, las empresas se dieron cuenta de que estar fuera de la oficina no significaba estar fuera de acción. Las Blackberries, los iPhones, y las conexiones 3G para portátiles permitieron a los ejecutivos permanecer

conectados estando en movimiento.

Sin embargo la segunda ola, introducida por el desarrollo de la banda ancha móvil 4G, llevará la revolución móvil a los recintos interiores. Aunque el entusiasmo de los consumidores en cuanto a aplicaciones y teléfonos inteligentes es alto, y ha atraído gran parte de la atención de la prensa, las empresas serán el primer consumidor serio de

servicios 4G. Las redes móviles y otros proveedores de servicios están preparando los servicios que llegarán a las oficinas con el potencial de destruir los últimos vestigios de la infraestructura cableada, como los teléfonos de escritorio y los enlaces de Internet con cables.

"Los primeros usuarios pesados de la nueva red serán los usuarios de negocios", afirma Lindsay Notwell, director ejecutivo y encargado del despliegue del servicio LTE de Verizon (las siglas LTE significan Long Term Evolution, un conjunto de estándares para las redes del futuro). Se debería poner en marcha a finales de 2010, dando cobertura a más de 100 millones de personas. "Primero anunciaremos los módems 4G y el soporte para teléfonos móviles a mediados de 2011".

La compañía no está construyendo una red de telefonía móvil, sino una red de datos, una tan rápida como la de los enlaces con cables. Notwell afirma que cuando lleven el portátil a un recinto interior y usen el servicio LTE, los usuarios no deberían notar ninguna diferencia entre el rendimiento inalámbrico y por cable.

Sprint Nextel ha estado desplegando su servicio 4G en las principales ciudades de EE.UU. durante todo el año, y hoy día lo ofrece en 55 ciudades. Esa red se basa en el estándar WiMAX, una alternativa al LTE. Bob Azzi, vicepresidente senior de red de Sprint Nextel, afirma que su red puede ofrecer velocidades de tres hasta cinco megabits por segundo para las descargas—y uno o varios megabits por segundo para las subidas. "Eso es absolutamente suficiente para reemplazar las conexiones T1 por cable de cualquier empresa", añade.

Un servicio así de rápido podría generar nuevos tipos de productos, afirma Azzi. La tecnología debería tener un impacto en la industria al por menor, por ejemplo. Las tiendas normalmente necesitan redes de gran capacidad en las cajas para buscar información sobre los productos, datos de referencia del cliente, y procesar las tarjetas de crédito. "La estructuración de una tienda es mucho más fácil cuando no se está limitado por tener que llevar los cables a cada lugar", añade. "Podemos usar un módem inalámbrico 4G en su lugar". En tal escenario, los vendedores podrían caminar por las tiendas con tabletas para ayudar a los clientes y procesar las transacciones. O podrían trasladar su cajas registradoras completamente conectadas al aire libre, asegura, para eventos en parques u otros lugares al aire libre.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La tecnología inalámbrica podría reducir los costes de salud

Los sensores y los dispositivos de control son cruciales para hacer que no suban los gastos hospitalarios a largo plazo.

Después de que un endocrinólogo en Walnut Creek, California, diagnosticase hipertensión a un paciente varón de mediana edad, lo puso bajo un régimen de Diovan, un medicamento que disminuye la presión arterial, y lo envió a casa con varios suministros: una parche resistente al agua y una botella de microchips.

El parche se adhería como una tirita en el abdomen del paciente y medía la temperatura corporal, así como otros signos vitales. Los microchips, adheridos a la parte exterior de las píldoras, de aspecto corriente, enviaban una señal al parche cuando los líquidos del estómago los activaban, lo que indicaba que habían sido tragados. Después, siempre que el paciente tuviese al alcance su teléfono inteligente, los datos recogidos por el parche se subían a Internet a través de una conexión Bluetooth. Los datos se agregaban y se enviaban a una interfaz de usuario, y con el permiso del paciente, los resultados se ponían a disposición del médico.

El médico observó que su paciente estaba tomando su Diovan con consistencia casi perfecta, todas las mañanas casi al mismo tiempo. Hasta que, de repente, dejó de hacerlo. Cuando lo descubrió, llamó al paciente por teléfono. "¿Pasa algo?" preguntó.

"Es curioso que me lo pregunte", contestó el paciente. "Mi perro se acaba de morir".

Andrew Thompson es cofundador y director general de Proteus Biomedical, la startup responsable del sistema inteligente de píldoras, y su voz se acelera llena de entusiasmo al relatar el incidente y sus consecuencias. La muerte del perro representa "un cambio significativo en la capacidad de una persona para controlar su enfermedad a causa de un acontecimiento vital completamente ajeno y que causa estrés", asegura Thompson. "Esto demuestra que las personas no son robots. Necesitan ayuda. Necesitan herramientas".

Estas herramientas podrían tener un impacto importante sobre los cuidados de salud, y ayudarían a los pacientes a evitar tener que pasar por caras hospitalizaciones. Podrían ayudar a las personas con enfermedades crónicas a tomar el control de su salud y a compartir sus signos vitales con sus médicos en tiempo real. El resultado podría ser una disminución gradual de los costes médicos. Eric Topol, director del Instituto de Ciencia Traslacional Scripps en La Jolla, California, cree que la ampliación del alcance de los cuidados médicos de atención primaria es la clave para la reducción de costes, y piensa que la tecnología inalámbrica es la mejor manera de conseguirlo. "Es el comienzo de una era de análisis remoto", afirma Topol. "¿Para qué necesitamos las camas de hospital, sino para proporcionar cuidados intensivos de mayor gravedad?"

En resumen, estas tecnologías podrían ayudar a evitar desastres inminentes. Los hospitales poseen espacio y dinero limitados, y los médicos de atención primaria trabajan hasta el límite en un momento en que la ola de ‘baby boomers’ que han llegado a la edad madura está a punto de inundar el sistema de salud. La mejor solución es evitar el mayor número posible de visitas al hospital. Don Jones, vicepresidente de desarrollo empresarial de ciencias de la salud y la vida en la división de tecnología inalámbrica de Qualcomm, afirma: "Sólo a través de la conectividad inalámbrica podremos crear un tipo de oportunidad como esa".

Proteus es sólo una de entre un creciente número de startups con tecnologías de control dedicadas a la solución de enfermedades que van desde la insuficiencia cardíaca congestiva (Corventis, CardioMEMS) al asma (PHT, Cambridge Consultants), pasando por la diabetes (DexCom, Airstrip).

Los dispositivos de seguimiento tienen el potencial de actuar como el equivalente humano de un panel de instrumentos en un automóvil: cuantos más indicadores y luces indicadoras haya, mejor advertidos podremos estar sobre si algo está fallando, y así poder tomar medidas de prevención de averías del motor y asistencia de emergencia en carretera. Los medidores de glucosa continuos permitirían a los diabéticos comprobar sus niveles de azúcar en la sangre mediante la consulta de una pantalla en sus teléfonos inteligentes, del mismo modo que los conductores pueden revisar de un vistazo el indicador de gasolina. Un tipo de sensores que vigilasen la apnea del sueño—que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular—serían como una luz de aviso del filtro de aire. Un medidor de flujo máximo que se adhiriese a un inhalador, transmitiendo los datos sobre la exhalación de un paciente con asma, sería análogo al indicador del sistema de escape.

Los hospitales están especialmente interesados en una tecnología que pueda detectar señales de advertencia de insuficiencia cardíaca. La mayoría de los casos de insuficiencia cardíaca congestiva son totalmente controlables con los medicamentos adecuados y una serie de cambios en el estilo de vida (hacer más ejercicio, comer menos sal), aunque más de un tercio de los pacientes dados de alta después del tratamiento de esta enfermedad son readmitidos durante los 12 meses posteriores. Una simple readmisión puede costar entre 10.000 y 40.000 dólares, o más. A partir de 2012, Medicare y Medicaid dejarán de reembolsar a los hospitales por aquellas readmisiones por insuficiencia cardíaca que se produzcan dentro de un margen de 60 días. El cambio de política ha llevado a algunos hospitales a prestar una mayor atención a las medidas preventivas, como por ejemplo el seguimiento sanitario inalámbrico. Después de todo, su supervivencia podría depender de ello.

Sin embargo, aún persisten muchos obstáculos burocráticos para la aplicación de estas tecnologías. La FDA ha tardado mucho en aprobar la mayoría de los dispositivos inalámbricos de salud debido a las preocupaciones sobre la privacidad, la seguridad y la pérdida de datos. Los hospitales y las aseguradoras se resisten a su adopción, ya que les preocupa el aumento de los costes a corto plazo.

Los médicos, por su parte, están preocupados por la calidad de los datos, la responsabilidad y los gastos. "No existen muchos incentivos para que los proveedores adopten este tipo de datos de seguimiento", afirma Ronald Dixon, médico y director del proyecto de práctica virtual en el Hospital General de Massachusetts."El servicio de seguimiento recibe fondos, pero no existen incentivos para que yo le preste atención. Quiero ayudar al paciente, pero [bajo el sistema actual] no se me paga por hacerlo".

En el pasado, las nuevas tecnologías médicas tenían probabilidades de ser consideradas valiosas si lograban mejorar la atención. Eso puede que deje de ser cierto a menos que también disminuyan significativamente los costes. Incluso si el seguimiento inalámbrico produce algún tipo de ahorro a medio plazo, como es casi seguro que ocurra, los hospitales y las aseguradoras quizá no tengan la sensación de que los gastos por adelantado estén justificados.

"Todas las innovaciones en el campo del seguimiento tienen que ser, en el peor de los casos, neutrales en cuanto a costes, y en el mejor de los casos, efectivas", señaló Dixon. "Si son caras, sólo van a ser adoptadas por una parte relativamente pequeña de la población".

Los gigantes de la administración de cuidados médicos son el elemento imprevisible a la hora de predecir cómo será adoptada esta gran diversidad de tecnologías. Medco, la compañía de atención sanitaria y gigante de los beneficios farmacéuticos, no quiso hacer comentarios sobre si tenía algún interés en este enfoque. Otras empresas están empezando a participar con cautela en el juego. United Healthcare, por ejemplo, recientemente aprobó el reembolso de un dispositivo fabricado por Watermark Medical capaz de detectar la apnea obstructiva del sueño en la propia habitación del paciente, eliminando la necesidad de pasar la noche en un laboratorio del sueño.

Kaiser Permanente, con sede en Oakland, California, opera un sistema más integrado de hospitales y planes de atención sanitaria. Debido a que el gasto en prevención ahorra dinero a sus hospitales, la empresa tiende a pensar de modo más progresista. En la actualidad, está estudiando el mejor modo en que las tecnologías de seguimiento—incluyendo las píldoras inteligentes de Proteus—podrían ser utilizadas. "Hemos estado llevando a cabo experimentos con varios prototipos para ver cómo se podrían integrar con nuestro sistema", asegura Faye Sahai, director ejecutivo de innovación y tecnología avanzada en Kaiser.

Las tecnologías inalámbricas podrían asegurar a los médicos que están viendo a aquellos pacientes más urgentes, aunque también podrían imponer nuevas tareas que acabarían consumiendo gran cantidad de tiempo. Dichas tareas van desde la observación de las pulsaciones y la respiración hasta medir los niveles de glucosa en la sangre, pasando por el control de la cantidad de líquido en un paciente con insuficiencia cardíaca crónica. Incluso con el acceso a todos los datos de un paciente a través de teléfonos inteligentes, los médicos no tienen mucho tiempo para analizarlos. Cualquier flujo de trabajo que incorporase estas tecnologías requeriría un sistema integrado de alertas que no interfiriese con la abarrotada rutina diaria de los médicos.

Algunas empresas han construido centros de vigilancia que revisan los datos del paciente, los interpretan, y los envían al médico que prescribe las recetas. Sin embargo, este tipo de configuraciones son todavía relativamente poco frecuentes, y existe una gran oportunidad de negocio para empresas que compilen y sinteticen lo que algunas personas en el campo denominan el "tsunami de datos". "Finalmente, serán una serie de intermediarios inteligentes los que empaqueten la información y la pongan en manos del médico, y después tendremos que confiar en que el médico haga lo que es apropiado", afirma Don Jones desde Qualcomm.

En última instancia, la infraestructura inalámbrica para la vigilancia de la salud es más probable que se construya en Europa e incluso en países en desarrollo, mucho antes de que se dé en los Estados Unidos. Hasta que haya un cambio en el modelo de pago por servicio utilizado por la mayoría de las aseguradoras de EE.UU.—hasta que exista un incentivo financiero para la prevención, y un sistema que compense a los médicos por el tiempo dedicado a mantener a sus pacientes fuera del hospital—las tecnologías de seguimiento sanitario seguirán siendo un mercado limitado.

Pegatinas inalámbricas: Un parche adhesivo con una aguja muy pequeña, creado por DexCom (arriba), se pega al abdomen de un paciente diabético para controlar los niveles de glucosa. Los datos se suben a un receptor de mano. La startup Proteus Biomedical está a la búsqueda de la aprobación por parte de la FDA de un kit (abajo) que incluye un parche inalámbrico, así como píldoras con microchips que detectan cuándo se toman los medicamentos. Después de hacer su trabajo, los chips del tamaño de granos de arena son procesados por el cuerpo.
Fuente: DexCom and Proteus

martes, 9 de noviembre de 2010

Al Mercado: Teléfonos móviles con múltiples antenas

Fuente: "Directional antenna diversity for mobile devices: characterizations and ­solutions" Ardalan Amiri Sani et al.

Conferencia Internacional ACM sobre Computación y Redes Móviles (MobiCom), 20-24 de Septiembre, 2010, Chicago

Resultados: múltiples antenas direccionales que transmiten señales en direcciones específicas gastan menos energía en un dispositivo inalámbrico que esté conectado a su estación base. El transmisor selecciona una antena determinada de forma que la energía sólo se utiliza para enviar la señal en la dirección óptima. La rápida rotación del dispositivo, lo que le obligaba a cambiar de una antena a otra, no interrumpió la reproducción de una película que se estaba visualizando mediante la conexión inalámbrica.

Por qué es importante: Actualmente, los dispositivos como los teléfonos móviles transmiten una señal en todas direcciones, pero sólo una pequeña parte de ésta llega al receptor. El envío de toda esta energía desaprovechada gasta la batería. La dirección de esta señal hacia la estación de recepción más cercana conseguiría que la batería durara más y reduciría las interferencias para los otros usuarios.

Métodos: Un equipo de investigadores de la Universidad Rice, en Houston, conectó un transmisor inalámbrico a tres antenas de parche, las cuales parecen tiretas, y montaron el dispositivo prototipo en una plataforma rodante para determinar si éste podía procesar los cambios de orientación que afectan a los dispositivos portátiles. También compararon su consumo de energía con el de un dispositivo de una sola antena que envía una señal en todas direcciones. Además, testearon la habilidad del sistema para cambiar de una antena a otra rápidamente en caso que la antena usada quedara en una cara menos ventajosa al voltear el dispositivo.

Próximos pasos: Los investigadores están modificando un teléfono de tipo smartphone comercial para validas su enfoque en un teléfono real. También tienen planeado probar si es posible obtener una mejor calidad de señal y alargar la vida de la batería con un teléfono de una sola antena direccional en su parte posterior o anterior.

Is RockMelt the Browser You've been Waiting For?

Co-founder of the start-up reckons users will switch to the new "app-like" browser.

RockMelt, a brand spanking new, Google Chrome-based web browser backed by some Netscape-era heavyweights, is studded with appealing gew-gaws for interacting with your favorite social networks and websites. Basically, it's an attempt to solve the one problem that even HTML5 couldn't rid us of: No matter how good a web service is, it remains trapped in a tab in your browser.

Web tabs are not the greatest way to consume what are essentially streaming media like Facebook, Twitter and all the others sites we refresh multiple times every day. Worse yet, while then Web allows us to have a consistent experience across browsers, few sites retain detailed state information--Twitter on your phone won't remember which tweets you've already read.

People who are serious about these mediums are forced to rely on clients--apps built for their operating system that interact with the APIs of these services, pulling down data and making it accessible in custom-built environments.

One way to think of RockMelt is as the Swiss Army Knife of web clients. Sure, it's a browser, pretty much exactly the same one you'll get if you download Google's Chrome. But the real intention of its creators is a transformation of the web--to make our activities almost as effortless as they would be if they could be accessed with an app instead of a webpage.

In service of that goal, RockMelt uses two strips on either side of the browser window as launch bars for all the services, sites and people with which a user might want to keep up. The best way to understand how it works is to see it in action. Here's RockMelt's demo video:

"The way we think about it is that we're trying to build a browser that pulls functionality out of various sites and puts in more convenient place in browser," says Tim Howes, who, along with Eric Vishria, co-founded RockMelt in 2008.

The pair decided to build RockMelt on top of Google's Chrome web browser when it was only 8 weeks old--a bet that Howes says paid off big. "It wasn't at all obvious that it was the right bet to make at the time, but we're really happy with it," says Howes. The decision may mark an end of an era for Firefox, which has become bloated enough that, despite its it's open-source code base, it no longer appeals to developers who want to build new browsers on top of it.

"Chrome [...] just had a more modular architecture, and had thought through the challenges of performance and security better," says Howes. "It was just much smaller and clearner."

RockMelt has a few other tricks up its sleeve, such as making search "less like hunting and pecking, and more like flipping through pages in a magazine," says Howes. In addition, the browser's sync features remember everything about the user, from who their friends are to which Twitter, Facebook and RSS updates they have read.

Howes believes Rockmelt's current feature set is "only the beginning" of what the browser could enable in the future, as it adds app-like support for everything from e-commerce to gaming and more advanced communication services.

For the critics who believe that the already-crowded field of web browsers allows little room for a newcomer, Howes points to the success of both FireFox and Chrome--neither of which, to the average user, are all that different from other browsers.

"Over the last three years over 500 million people have switched browsers," says Howes. "If you give people a better product, they will switch."